LA ORQUESTA SINFÓNICA DE EUSKADI CERRÓ CON ÉXITO SU SEGUNDA NOCHE A ORILLAS DEL GUALDALQUIVIR
La Orquesta ofreció dos actuaciones, jueves y viernes, en la Maestranza en el marco del intercambio realizado en la temporada pasada con la agrupación sevillana.
Un abundante público se congregó en la sala sinfónica, construida en el año 1991, para escuchar a la orquesta vasca que llevaba un programa de dos obras bien distintas. La creación de Ramon Lazkano volvió a salir de gira con la Orquesta, como lo hizo el pasado mes de octubre en el Auditorio Nacional de Madrid. En esta ocasión la Orquesta presentó "Itaun", para acordeón y orquesta, una partitura creada fruto de la colaboración del compositor con el gran intérprete irunés Iñaki Alberdi. Solista y Orquesta pusieron voz a una partitura en la que quedan demostradas las enormes posibilidades de este instrumento, tan poco habitual en la realidad sinfónica. Iñaki Alberdi, haciendo gala de su dominio sobre el acordeón, regaló tras "Itaun", un dulce "Nocturno" de Borodin.
En la segunda parte del concierto la Orquesta, bajo las órdenes del director asturiano Pablo González, se adentró durante más de una hora en la intensa y grandiosa Quinta de Mahler, llena de contrastes temáticos y expresivos y siempre a la espera del bello Adagietto que Luchino Visconti asoció para siempre a Muerte en Venecia. La Orquesta de Euskadi, grande y sonora, cerró un programa que provocó prolongados aplausos y sonoros bravos.